I. La ascensión del artista moderno
I. La ascensión del artista moderno
Desde mediados del siglo XIX, el arte ya no se identifica socialmente con las reglas universales y los valores colectivos de la institución académica, sino con ese lugar recóndito que es el taller del artista. Lleno de objetos de artesanía, alfombras, tapices y obras de arte en cuidado desorden, como un museo ideal, o iluminado por farolillos de colores y salpicado por los restos de una fiesta sin fin, como pura continuación de la vida bohemia. El taller, como lugar privado, representa la expresión más radical de la individualidad subjetiva reivindicada por el artista moderno. El taller tiene «carácter» idéntico al de la obra que surge de él.
I.1. Taller, carácter y obra
I.3. El aprendizaje del artista. La academia
I.4. Realismos: modelo y desnudo
I.6. El artista bohemio
I.7. El retrato burgués
I.8. El aficionado en el taller
I.9. Orientalismo
I.10. Japonismo y otros exotismos
I.11. Pintura de historia versus crónica de actualidad