Retrato de mi padre
Dalí hizo su primera exposición en las Galerías Dalmau de Barcelona en el año 1925, antes de realizar su primer viaje a París y de decantarse hacia el surrealismo. Una de las pinturas más destacadas de la muestra, considerada una de las mejores de su etapa de juventud, es este retrato de su padre. Dalí concentró en la expresión severa del rostro, y especialmente en la mirada incisiva y penetrante, la fuerte personalidad del padre, notario de Figueres, con quien mantenía una relación difícil. El dominio técnico que en aquel momento había alcanzado el joven pintor se aprecia en los perfiles dibujados con nitidez, en el tratamiento de la luz y las sombras, o en la potencia expresiva de las tonalidades sobrias.
1925
104,5 x 104,5 cm
Adquisición, 1962
068839-000