Recientemente se ha restaurado el Autorretrato de Antoni Viladomat. La obra estaba muy deteriorada puesto que en 1814, durante la primera guerra carlista, se quemó en medio de una plaza de Berga, junto a otras 262 piezas de Antoni Viladomat y de su hijo Josep. Una restauración antigua recuperó el rostro y las manos del retratado. Ahora, la restauración ha permitido recuperar parte de la figura del pintor, que permanecía escondida debajo repintes posteriores y por el propio  marco, y descubrir que se trataba de una tela reaprovechada, perque debajo, la radiografía ha puesto al descubierto el retrato de una dama, que originalmente era quien aparecía pintada en la tela. 

La comparación de este retrato con otro que Josep Viladomat pintó de su padre y que se conserba en la Biblioteca Nacional de Madrid, permite afirmar que la efígie se corresponde con la de Antoni Viladomat. Aparece vestido según la moda del siglo XVIII, con peluca, y dibujando una perspectiva, en clara reivindicación de su faceta de intelectual.

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